jueves, 24 de noviembre de 2011

me moriria...

Y te deseo.... y me muero por estar a tu lado!!
No te amo, no te quiero, no quiero estar contigo, no pedí conocerte
pero no me arrepiento de aquella noche en la que suavemente acariciabas mi pelo.

No te digo que la sensacion de vacio y soledad que siento por las noches,
valla a desvanecer por tu presencia;
Ni que pudiera abandonar toda mi vida de experiencias,
para estar a tu lado.
Solo sé que sí ahora me pidieras que no nos vieramos
me moriria....

Se que estas mas distante, y te volvi a preguntar si eramos amigos. Al oir un SI por un lado me  alegré pero por el otro lado me entristecí. Porque se que aunque nos gustemos nunca va haber un futuro mas lejos que las cuatro paredes de tu habitación.

Me encantaría poder aisistir a tus partidos, poder disfrutar de tus menús, poder verte cada día removiendo la copa de vino y sonreirme. Me encantaria que siempre me agarraras el mentón para darme un profundo beso. Me encantaria dormir cada noche a tu lado. Me encantaria que me miraras con tu cara de arrogante y me dijeras: Eyh! que te estas durmiendo fea...!
Me encantaria que te volvieras especial para mi y yo para ti.
 

martes, 22 de noviembre de 2011

oh! tu mi DIOS ...


Estoy aquí escuchando música con las chicas. Me imagino que estarás ya rendido entre las sabanas… o por lo menos es mi deseo y no que te estés retorciendo de placer con otra que no sea yo.

De nuevo acaricio mis mejillas con mis manos gélidas y aun me parece notar tus cálidas manos, tus dulces besos, tus compasivas palabras…

Y es que no puede haber nada mas entre nosotros que no sea una simple “amistad”, nunca debemos cometer el error de enamorarnos más de lo que es permitido. El mismo Sol nos castigaría si fuera presente de nuestros encuentros nocturnos.

Juegos peligrosos de inocencia y lujuria. Tu y yo, yo y tu y nadie mas … nada me gustaría más que desaparecer junto a ti en este atisbo de soledad que ambos sentimos…

Mis ojos, las luciérnagas que te guian por la oscuridad, tu sonrisa la esperanza al final de mi túnel. Sin necesidad de tenernos pero amándonos una y otra vez.

Amigo mio, te daré todo cuanto pueda ofrecerte, no más que lo estrictamente necesario. Y por siempre en silencio, recitaré tu nombre, oh! tú mi DIOS griego.